III Salón Internacional de Artes Visuales Sullana 2020

Exposición virtual
Del 3 al 30 de noviembre de 2020
Sullana · Perú

El arte es el vínculo invisible que nos une, tiene la magia de formar seres humanos racionales, críticos y estéticamente comprometidos. En este contexto, donde la nueva normalidad requiere el uso de las herramientas digitales, son grandes los desafíos que enfrenta la producción artística. Nuestra institución en el marco de su política de Responsabilidad Social Empresarial organiza el III Salón Internacional de Artes Visuales de
manera virtual.

Un espacio de integración e intercambio cultural que cuenta con la participación de artistas plásticos de Rusia, Suiza, Italia, Líbano, Canadá, Cuba, Guatemala, Venezuela, Bolivia, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, además de nuestros representantes de Sullana.

Consideramos siempre que el ser humano es primordial en la construcción de sociedades solidarias cargadas de humanismo. De ahí la importancia de intercambiar experiencias sobre los principales desafíos de la producción artística en esta nueva realidad.

Para Caja Sullana es una constante apoyar el fomento de actividades que impulsen el crecimiento del ser humano.

Joel Siancas Ramírez
Presidente del Directorio de Caja Sullana

Artemisa
Acrílico sobre canvas
60.9 x 50.8 cm
2020


Palabras de bienvenida a nombre de los artistas participantes

Queridos amigos, es un verdadero gusto para mí, poder dirigirme esta tarde a ustedes, en la inauguración del Tercer Salón Internacional de Artes Visuales, que cuenta con el acertadísimo apoyo de Caja Sullana.

Todos hemos sido testigos presenciales de los duros acontecimientos que desde hace meses nos han obligado a mantener cuarentena y aislamiento. Hemos sentido cómo un enemigo invisible empezaba a rondar nuestro entorno para llenarnos de preocupación y angustia. Hemos vivido interminables jornadas, incluso a la sombra del miedo, que poco a poco cobraba más protagonismo en nuestra existencia. La muerte, empezó a convertirse en fantasma ubicuo, manifestándose tal vez primero en desconocidos, luego en gente cercana, luego en amigos e incluso en nuestro sagrado círculo familiar.

Para unos, han sido los más íntimos quienes han compartido este inédito y sombrío tiempo, para otros, ha sido la soledad la única compañera. La distancia fue la tónica de meses que se hicieron eternos, en los que se veía siempre lejano e improbable, el volver a verse a la cara, abrazarse o darse un beso. 

Sin duda han sido largos días para la reflexión, para volver a entrar una y otra vez en los laberintos insondables de nuestra mente, de nuestras emociones y sentires. Un tiempo de incertidumbres y extrañas certezas. Confinados hemos pensado una y otra vez ¿hasta cuándo?, ¿será que enfermo?, ¿sobreviviré a esto? Cuando todo termine: ¿cuánto habremos cambiado?, ¿el mundo lo habrá hecho? 

No he podido dejar de pensar y empatizar con el dolor de tantos amigos que tuvieron que enfrentarse a la pérdida de sus seres queridos. Han habido tantas despedidas, la mayoría de ellas violentas por que no mediaron con el sentir del otro, más bien, fueron víctimas arrebatadas, casi secuestradas por los sistemas de salud que en la mayoría de nuestros países colapsaron y se desbordaron. La corrupción fue peor que la misma peste que aprovechándose miserablemente de la situación, nos robó a manos llenas. Aquí en el Ecuador hasta el día de hoy, siguen perdidos decenas de cadáveres que el sistema los confundió durante los peores días de pandemia, como si se tratasen de fojas de algún expediente que a nadie importa. ¿Cómo pudo ser eso posible? ¿Por qué hay tanta indolencia?

Este ha sido el panorama que hemos vivido. Duro, triste, amargo, también lleno de ira e impotencia. Trabajar también ha sido cuesta arriba. Si el quehacer en el arte es siempre difícil para todos, ahora se ha vuelto más complejo que nunca, pero a pesar de todas las adversidades, su espíritu vital, ese que a nosotros nos hermana, nos convoca con vehemencia a no claudicar, a seguir adelante, a buscar nuevas formas y lenguajes, a explorar en territorios desconocidos y salir de nuestra zona de confort para reinventar nuestra existencia. Como todos quienes tenemos la dicha de haber encontrado en el arte, un sentido profundo a nuestra vida, la experiencia del encierro obligado nos ha hecho transformar la habitual soledad de nuestro trabajo en un fértil campo para explorar nuevos lenguajes y propuestas.

El Salón Internacional de Artes Visuales de Sullana que hoy celebra su tercera edición, es el marco perfecto para presentar todo ese rico universo de variada factura. Nos permite sentirnos más cerca, volver a compartir y revivir la gratísima experiencia de habernos encontrado. Nos brinda la alegría de sentirnos vivos para seguir llenos de optimismo en este caminar a veces indefinible que llamamos vida.

A nombre de todos los artistas participantes, quiero expresar nuestro agradecimiento a Caja Sullana, por el apoyo inquebrantable a este proyecto. Sepan que su aporte, trasciende las cifras porque nutre infinitamente a todos sus actores: a los artistas que presentan sus obras y al público que se enfrenta a ellas, generando un íntimo y profundo diálogo, que hoy por hoy, por medio de la virtualidad nos permite acercarnos sin importar el rincón del mundo en donde nos encontremos. Creemos firmemente que el exitoso Salón de Artes Visuales habla plenamente de su compromiso con la sociedad y la cultura. Va nuestro saludo fraterno para todas sus autoridades y el personal que trabaja en ella, de manera especial para el Presidente de su directorio, Joel Siancas Ramírez, y su gerente de imagen corporativa, nuestro dilecto amigo Óscar Agurto Saldarriaga. Sabemos que al decir “Juntos lo extraordinario es posible”, más allá de la retórica, estamos hablando de una certeza lapidaria de vida. Saludamos también el entusiasmo, compromiso y trabajo constante de nuestros queridos amigos Antonio Peralta y Martín Mamani que llevan adelante la coordinación del Salón, así como a todos los artistas peruanos, cálidos anfitriones de esta exposición.

Confiemos que después de estos tiempos tan difíciles, volvamos a encontrarnos con el espíritu renovado y la alegría desbordante. Queda pendiente un gran abrazo.

Muchas gracias.

Freddy Coello
3 de noviembre de 2020


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